Conocíamos a Carla Bruni mucho antes de descubrir su faceta musical: la más elegante y aristocrática de las supertop (y además de verdad, por cuna y matrimonio) acaparó cientos de portadas, desfiles y protagonizó un sonado (aún sin imágenes) idilio con Mick Jagger en tierras de Marruecos. Todo aquello quedó una década atrás, y Bruni se concentró en su familia, la deliciosa montonía de lo cotidiano (como ella lo denomina), y su pasión por la música. De largas horas de discreto trabajo surgió su primer disco, «Quelqu’un m’a dit», compuesto por ella misma y con arreglos de lo más low-fi y caseros. Aclamado por crítica y público, Bruni se atrevió incluso con los directos y demostró que no podía defraudar, ya que no había ni trampa ni cartón. Sólo melodías de la mejor chanson francesa, una voz femenina quebrada y la fuerza de las palabras.
Portada de su primer disco (2002): una sencilla t-shirt, su guitarra y poco más.
Fotografías de promoción del disco: poseer una belleza indiscutible ayuda, pero el talento es definitivo. La larga melena lisa con raya enmedio, imagen sencilla de una cantautora.
«Debardeur» negro y blue jeans: simpleza y fuerza.
Bruni en uno de sus directos: black riguroso y look muy natural.
Fotografía de la portada de «No Promises» (2007). Composiciones sobre poemas de sus autores favoritos, cantado en inglés. Una Carla Bruni más femenina, menos «rock»: blusón de batista y suave recogido. Los libros, instrumentos y los juguetes de su hijo, su mejor atrezzo.
Una foto interior del disco con la cantautora «soñando» sobre un cojín muy sixties. La delicada manicura, en línea con el feeling romántico de las canciones.
Otra preciosa foto, junto a la ventana. Una decoración retro e intimista que bien podría ser de la misma casa-estudio de Bruni. Un dulce flequillo enmarca ahora sus facciones, y la luz habla de poesía y de emociones que no se pueden expresar con palabras.
Una última y bellísima instantánea del fotógrafo Bharat Sikka: rosas, libros, fotografías, cintas y recuerdos sobre un viejo aparador. El encanto de lo antiguo, lo vivido y la efímera belleza de las flores.
NOTHING TO WEAR 
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